Para el niño
Es el alimento ideal, que se adapta en cantidad y calidad a las necesidades el bebé en cada momento. Aporta todos los nutrientes necesarios durante los seis primeros meses, hasta la mitad entre los 6 y 12 meses y un tercio de esto a partir del año.
Reduce la mortalidad infantil.
Mejora el desarrollo intelectual, cognitivo y sensitivo.
Es un factor protector frente a la muerte súbita del lactante.
Disminuye la incidencia de diarreas, otitis, neumonías, bronquiolitis…
Es más fácil de digerir que la leche de vaca adaptada, menor tasa de estreñimiento, menos caries y maloclusión dental que con biberón.
En la edad adulta se ve menor tasa de obesidad, diabetes, asma, dermatitis…que en los niños alimentado con biberón.
Para la madre
Disminuye el sangrado después el parto por lo que hay menor tasa de anemias y mejor recuperación postparto.
Disminuye el riesgo de osteoporosis.
Disminuyen las depresiones postparto.
Recuperación del peso más rápido después del parto.
Disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovario (en lactancias de seis meses o más)
Para la sociedad
Al disminuir las enfermedades en los bebés disminuye el gasto en recursos sanitarios
así como el absentismo laboral se los padres por enfermedad de los hijos.
Ahorro familiar ya que no hay que comprar leche artificial, biberones, tetinas…
No se generan residuos así que es una alimentación ecológica.
Todos estos beneficios aumentan cuanto mas prolongada es la lactancia materna.
La lactancia materna es una experiencia única pero el principio puede ser duro y difícil, en un momento en que la mamá esta cansada después del parto y es muy vulnerable por lo que buscar un grupo de lactancia y el apoyo de una matrona con experiencia en lactancia materna suele resultar muy positivo.
Mi Consulta de Pediatría.
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